La democracia, en cualquier país del mundo, tiene enemigos abiertos y enemigos encubiertos, y generalmente los más incisivos y peligrosos son estos últimos.
A menudo los enemigos encubiertos tienen nidos establecidos no solo en poderes fácticos de la sociedad, sino también en estructuras del Estado.
La democracia dominicana fue puesta a prueba en las pasadas elecciones: No faltaron los atentados a la vida y salud de la democracia
Hubo sectores del PLD y del gobierno que conspiraron contra la democracia.
Por suerte que el pueblo dominicano derrotó en las urnas esa gran urdimbre contra la democracia, aparte de que no había condiciones ni internas ni externas como para que prosperara la conspiración contra la democracia.
Todo lo anterior nos indica que debemos estar preparados para defender siempre la democracia de sus enemigos internos y externos.
No fueron pocas ni chiquitas las batallas que tuvimos que librar para salvar la democracia dominicana de todos los atentados en su contra.
La primera gran batalla que tuvimos que librar contra el danilismo fue la cerrada e intensa lucha en defensa de la Constitución y de la democracia para evitar que Danilo modificara la Constitución nuevamente para hacerse un traje a la medida para las elecciones presidenciales 2020, titánica lucha que fue liderada por Leonel Fernández.
Derrotamos en esa primera batalla el primer gran atentado contra la democracia y la Constitución.
La segunda gran batalla la comenzamos a librar a partir del fraude electrónico colosal que Danilo cometió contra Leonel en las primarias abiertas del 6 de Octubre de 2019.
En esa segunda batalla derrotamos vergonzosamente al danilismo porque nos fuimos del PLD, fundamos la Fuerza del Pueblo, y hoy, nueve meses después, el Partido Fuerza del Pueblo ya está establecido como la tercera fuerza política de nación de acuerdo a los resultados de las elecciones del 5 de Julio.
Está dentro de las excepcionalidades de la historia, en el país y en el mundo, que un partido con apenas nueve meses de nacido ya está convertido en la tercera fuerza política en nuestro país.
Hablemos ahora de las elecciones presidenciales y de sus resultados.
De acuerdo a los resultados de las elecciones en el nivel presidencial votó el 55.29% de los 7 millones y algo que hay en el padrón electoral. O sea que el porcentaje de abstención electoral fue de 44.71%.
Históricamente el porcentaje de abstención electoral se ha movido entre un 25 y un 35%.
Ese excepcional porcentaje de abstención electoral se explica fundamentalmente por el contexto de la pandemia del Coronavirus, por los grandes estragos y temores que esta pandemia ha desarrollado en todos los sectores de la sociedad.
Pero aún con ese alto porcentaje de abstención electoral, lo cierto es que la población desafió la desgracia y tragedia de la pandemia y asumió en los hechos la defensa de su democracia.
El pueblo dominicano desafió también los miedos y temores infundidos desde el gobierno.
Definitivamente los enemigos de la democracia no se salieron con la suya!
Pero hay que destacar que hubo grandes fallos en la organización de las elecciones: dislocamientos de los votantes al por y detalle tanto aquí como en el exterior y los delitos electorales, compra de votos y otros, estuvieron a la orden del día en casi todos los recintos electorales.
Otro asunto: hubo grandes fallos en la formación de los funcionaros de colegios electorales, a tal punto que los descuadres en las actas de votación son el gran dolor de cabeza en los cómputos senatoriales y de diputaciones, sobre todo, en el caso de estas últimas.
Las grandes falencias de la JCE han estado en computar los votos de los diputados y la aplicación de un método muy complicado y antidemocrático como el método D´ Hondt.
La misma OEA destaca en su informe que la Junta Central Electoral no tuvo o no ejerció su autoridad para enfrentar los delitos electorales.
Pero de todas maneras la democracia dominicana ha podido sobrevivir a esta encrucijada institucional.
De acuerdo a los resultados electorales el PRM pasa a ser la primera fuerza política, el PLD destronado a un segundo lugar y la Fuerza del Pueblo emerge gloriosa como la tercera fuerza política de la nación.
El Congreso pasa a ser controlado hegemónicamente por el PRM, y el PLD queda reducido a una fuerza significativamente minoritaria.
El único gran responsable y culpable de la muerte del PLD en las urnas es Danilo Medina.
El gran derrotado en las elecciones del 5 de Julio fue Danilo Medina.
Las bases del PLD deben comenzar a pasarle factura.
Pero también Danilo Medina pasará a la historia como el presidente que trató de asfixiar la democracia dominicana: Sus atentados contra la democracia están ahí!
Danilo pasará a la historia también como el presidente que encabezó los dos gobiernos más corruptos de la historia de la República Dominicana desde su fundación en 1844.
Al fin y al cabo el Penquito no ganó comoquiera, sino que fue derrotado totalmente comoquiera!
Al fin y al cabo la democracia, un producto histórico del pueblo dominicano, no solo ha sobrevivido a las encrucijadas y a los atentados de sus enemigos, sino que ha prolongado su existencia en el tiempo de la historia.
Viva la democracia y el devenir histórico del pueblo dominicano!
Autor: Dr. Víctor Manuel Peña